El equipo Euskaltel-Euskadi cierra

Euskaltel Euskadi parte hoy hacia la Vuelta con la sentencia de muerte bajo el brazo. Ciclistas, técnicos y auxiliares del equipo fueron citados ayer, a las nueve y cuarto de la mañana, para conocer de primera mano la decisión adoptada por Basque Cycling Pro Team, la fundación creada por la empresa de telefonía para sostener la estructura del equipo: desaparece y se pone fin a veinte temporadas en la élite. Echa la persiana el equipo más veterano y uno de los más peculiares, con corredores de casa, hasta la entrada este año de extranjeros. Y el Movistar se queda como único representante español en la élite.

Los cambios en Euskaltel, una empresa de telefonía privada pero con dinero público, han tenido gran incidencia. La firma vasca consideraba insostenible mantener al equipo en la élite, ya que además de los cuatro millones pactados en concepto de patrocinio, ha tenido que cubrir los 3,5 que las instituciones dejaron de poner por la crisis. "Hemos hablado con empresas de primer orden y muy serias, pero no ha cuajado. Hemos aguantado hasta el último momento y no hay forma...", explicó Mikel Astorkiza, director corporativo de Basque Cycling Pro Team. "El ciclismo no está en el mejor momento en cuanto a imagen por temas asociados al dopaje y es problemático".

La UCI ya ha sido informada. Por tanto, la licencia World Tour (asegurada para los próximos tres años) queda libre. Es casi seguro que también desaparece el Vacansoleil y no va a haber problemas para conseguir licencias en la élite.

Madariaga. Miguel Madariaga puso en marcha el Euskadi en 1994. "Es como si te raptan un hijo y te lo entregan muerto a los ocho meses. Un duro golpe para mí y para todo el ciclismo", subrayó ayer. La Fundación Euskadi sigue vigente y el futuro puede pasar por esa estructura, en la segunda división del ciclismo. "No tiro la toalla", añade. Se quedan sin trabajo 54 personas. Varios ciclistas tienen ya apalabrado su futuro: los hermanos Izagirre y Lobato firmarán por el Movistar; Landa y Nieve pasarán al Astana; y Antón gusta en el Saxo. Samuel tiene dos años más de contrato y habrá que negociar la rescisión.

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